domingo, 9 de septiembre de 2012

EL PhD SE HA VUELTO UN FETICHE. REPRODUCCIÓN SOLICITADA POR EL COLEGA DOCENTE TELMO VITERI BRIONES


Publicado el 09/Septiembre/2012 | 00:13
La entrevista

Enrique Ayala hace un análisis profundo sobre la política educativa del Gobierno, sus acciones, actitudes y resultados. Dice que la depuración de las universidades y la entrega de becas al exterior son positivas 

¿Por qué dice que las evaluaciones en los colegios son un monumento a la vagancia?

Las evaluaciones tienen que corresponder al esfuerzo del estudiante y no a la carrera de resistencia que se ha planteado en el reglamento. Lo que se debe evitar no es que los sistemas de evaluación midan al más bajo, sino que promuevan a los mejores también, y lo que se está haciendo es poner un mecanismo mediante el cual el estudiante o pasa o pasa.

¿Por qué tomaron esa decisión?

No tengo idea. Pero hay decisiones incoherentes en el Ministerio de Educación.

¿El nuevo calendario de vacaciones es válido?

Las vacaciones no son solo una planificación de la vida de la escuela, sino de la vida familiar. Concentrar las vacaciones en plazos un poco más largos en el año permite que la familia se organice. Cuando se hace distribuciones de pequeños períodos vacacionales, dizque por razones pedagógicas, se ha creado un desbarajuste en la vida de las familias.

El nuevo reglamento dispone que los cargos directivos en los colegios sean por el número de alumnos. ¿Está de acuerdo?

Ese punto no conozco pero, en principio, el funcional podría depender del tamaño del establecimiento, y eso podría tener cierta lógica.

¿Qué se gana cambiando trimestres por quimestres?

Se gana mucho. Pero la forma de aplicar el mecanismo lo desprestigia. Los quimestres son avances de la educación nacional, una decisión correcta. Ya había en los colegios y ahora se va a implantar a todos.

¿En qué cambia el sistema educativo calificando sobre 10?

El problema no es sobre cuánto se califique. La evaluación debe ser un mecanismo que permita que los estudiantes puedan mejorar su rendimiento y no uno mediante el cual ya se sabe que el estudiante, de todas maneras, va a pasar. Los profesores vamos a quedar sin el instrumento que permite la promoción.

¿Qué piensa de las Escuelas del Milenio?

No tengo mucha información. Sé que hay unas buenas y otras no. Deben ser evaluadas.

¿Era necesario crear cuatro nuevas universidades?

Una universidad dedicada a aspectos técnicos y tecnológicos no es una prioridad habiendo dos instituciones como las dos politécnicas que tienen experiencia. Bien por Imbabura, mi provincia, pero se tenía que partir de una institución centenaria, la primera politécnica de América Latina, que pudo ser la base de un centro de excelencia que el país necesita.

¿Por qué se crean?

La Universidad de las Artes fue cuota política de un señor asambleísta. 

¿Tiene evidencias de eso?

Lo dijeron públicamente. Un asambleísta del Oriente dijo que había sido la condición para votar a favor de un proyecto de ley. La mal llamada Universidad de Educación -debió ser Escuela de Educación pedagógica-, fue la cuota política del presidente de la comisión para que, sumisamente, tramite el proyecto del Ejecutivo.

Acciones nada revolucionarias.

En el campo educativo, en lo que se refiere a los contenidos, el Gobierno tiene muy poco de revolucionario y bastante de reaccionario.

Le podrían decir que usted no quiere la competencia de otras universidades.

Ninguna de esas universidades sería competencia para la Universidad Andina. No todos los centros de educación superior son universidades. En Ecuador, unas son universidades y otras, escuelas politécnicas. Las universidades dedicadas a aspectos específicos se llaman politécnicas. Universidad es aquella que cubre la universalidad del conocimiento. Las otras instituciones, como la especializada en educación o en arte, si fueran necesarias, deberían llamarse escuela superior. Aquí llamamos universidad a cualquier cosa de educación superior, pero estas tienen una diversidad de formas institucionales, deben ser respetadas.

¿Por qué la confusión?

En el Gobierno hay personas que han tomado decisiones bastante correctas sobre la educación superior: la depuración que llevan adelante y las becas al exterior son positivas. Pero hay errores. No se consulta al propio sistema universitario, no se socializa y hay un estilo más bien autoritario.

¿Un ejemplo de esto?

La creación de estas instituciones y el examen de ingreso nacional solo para las universidades públicas y no para las privadas, que deja un desequilibrio en el sistema educativo. 

¿Por qué pronostica que la Universidad del Conocimiento, Yachay, no será positiva?

No pronostico. He oído a las personas que conocen del tema que podría transformarse en un elefante blanco. Sería bueno preguntar al rector de la Escuela Politécnica.

Pero tiene el auspicio de Corea del Sur.

Se trata de un proyecto hecho a base de consultorías y de mucho dinero entregado a una empresa coreana. No veo un proyecto de colaboración académica. No se pide que una universidad de prestigio auspicie su creación, sino que pagamos a empresas para que hagan las cosas. La cooperación interuniversitaria que ha tenido Ecuador ojalá que se aumente. Pero otra cosa es comprar servicios.

¿No confía en las autoridades del Senescyt?

Las autoridades del Senescyt han tenido algunos aciertos, que hemos respaldado y que me gustaría destacar: la depuración del sistema, el intento de sistematizar la aprobación de los nuevos programas académicos y resucitar el registro nacional de títulos. Sin embargo, tienen que saber escuchar cuando se hacen críticas para mejorar el sistema.

De René Ramirez ¿qué opinión tiene como funcionario?

No me ha tocado tratar directamente con él como funcionario. Creo que es una persona muy capaz, pero debería tener más sensibilidad para entender los problemas reales del sistema y escuchar a quienes los manejan.

¿Es factible que todas las universidades tengan una dotación de profesores con PhD?

El PhD se ha vuelto un fetiche. Yo creo que, por desgracia, una intención muy loable del Gobierno y del presidente de la República, de impulsar que las universidades tengan doctorado, no se ha transformado en un instrumento que fomenta la investigación, sino en un requisito para el manejo burocrático. Las universidades no están tan preocupadas en tener PhD como investigadores, sino preocupadas en cuantas personas con ese título pueden competir para el rectorado.

¿Podría resultar un fiasco académico?

Hay ese riesgo, porque no todas las universidades van a tener esta situación. Sin embargo, creo que haber puesto el PhD o el doctorado como un requisito no es buen camino.

Este es el Gobierno que más presupuesto ha destinado a la educación, pero los resultados no parecen representar esos volúmenes. ¿Por qué?

Es muy meritorio de parte del Gobierno haber tenido preocupación por la educación y haber comenzado bien. La de Raúl Vallejo fue una excelente gestión, hizo una serie de reformas importantes. Lamentablemente, ha sido carrera de caballos y parada de burros.

¿Qué pasa hoy con la ministra?

Han creado un desbarajuste no solo en el bachillerato, sino en el manejo general del Ministerio. La última resolución sobre el año escolar y la quimestralización es una muestra. En cuanto a la educación superior, hay muchas iniciativas positivas, pero hay una especie de concepto autoritario en el Gobierno que hace que la educación superior no se construya a base de consultas y participación, sino a decisiones que se toman en los organismos y esperan que se cumplan. "Van porque van".

¿No propician el discernimiento?

Los gobiernos revolucionarios tienen que tomar medidas fuertes en algún momento. Las revoluciones no se hacen a pañuelazos. Pero no pueden establecer un estilo autoritario. 

¿Qué tipo de medidas fuertes?

Implementar en serio un sistema de acreditación y evaluación que permita rankear internamente a las universidades. No es fácil, ni va a ser bien recibido por los que no estén bien evaluados, pero es necesario. Sin embargo, esa clasificación que se ha hecho de las universidades y que la tomó el Ceaaces, un reglamento de universidades con investigación y docencia y, otra, de universidades de educación continua, es un contrasentido bárbaro. ¿Cómo pueden haber universidades sin investigación? ¿Cómo pueden haber universidades que hagan educación continua si las universidades son para otra cosa? Una cosa es que la universidad de cierto nivel pueda hacer investigación más compleja y que otras hagan investigación aplicada, pero no decir: "Esta universidad no tiene investigación". 

¿Un problema de cognición?

Hay una confusión, aunque la intención de mejorar la calidad es buena. Mi criterio sobre el Ceaaces es que, antes de aplicar este concepto, debe aplicar la evaluación y, una vez aplicada, establecer los estándares. Ya sucedió cuando, bajo la presidencia de Arturo Villavicencio, se hizo la clasificación de las universidades y, pese a las críticas, no se ha hecho un mejor trabajo que ese. El Ceaaces debe repetir un trabajo parecido, es decir, no tratar de contar a las universidades como de investigación porque tienen tantos doctores o determinada estructura burocrática, sino evaluarlas íntegramente y establecer el nivel de clasificación. Será mas creíble.

¿Cuál es el problema con el acceso a la universidad?

El problema de la educación superior es definir el acceso de los bachilleres a la universidad. Coincido con el presidente de la República en que no todos los bachilleres deben ingresar a la universidad, pero a todos hay que darles una alternativa. Los que no entraron a la universidad no pueden quedarse esperando, y quizá, vagueando.

¿Podría violentarse el país?

Hay que darle una solución integral. El Secap debe intervenir para recibir a los estudiantes, hay que dar alternativas de entrenamiento profesional en las empresas. El bachiller debe tener un abanico de posibilidades, pero si solo nos dedicamos a restringir su acceso a las universidades, los bachilleres van a dejarse matar por entrar a la universidad. Pasó en 1969.



El Rectorado de la Universidad Andina, a cargo de Enrique Ayala Mora, está lleno de símbolos. 

Pinturas, fotos y esculturas de Simón Bolívar, patrono de la institución, abundan.

El tono admonitivo para responder algunas preguntas parece ecos de las aulas en las que ha enseñado por años. Pero también memorias del hemiciclo del Congreso, en donde pasó algunos períodos como diputado socialista. Enrique Ayala usa sus manos para marcar sus convicciones pero también para hacer pausas cuando trata de aligerar el peso de algunas respuestas. 



El personaje

Enrique Ayala Mora es licenciado y doctor en Educación por la Universidad Católica del Ecuador. Tiene una maestría en Historia en Essex (Gran Bretaña). 

Es doctor, DPhil en Historia, por la Univ. de Oxford. Actualmente, es rector de la Universidad Andina.

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